Es posible que no piense en sus ojos mientras se cepilla los dientes todos los días, pero la ciencia está analizando una posible conexión entre la mala salud bucal y el glaucoma.
El glaucoma, llamado “ladrón silencioso de la vista”, es un grupo de enfermedades del nervio óptico que lentamente causan la pérdida de la visión y pueden provocar ceguera.
Con más de un millón de fibras nerviosas, el nervio óptico conecta la retina con el cerebro. La presión sobre estos nervios puede aumentar el riesgo de daño en el nervio óptico. Una amenaza conocida para el nervio óptico es la presión arterial alta, pero también puede haber otras amenazas.
Estudios recientes han vinculado la enfermedad periodontal (de las encías) con un mayor riesgo de glaucoma. Las infecciones bucales, especialmente las relacionadas con enfermedades dentales, pueden desencadenar una serie de eventos en los que las bacterias de un diente o encías inflamados se diseminan al nervio óptico.
Debido a que una infección en la zona del oído, la nariz o la garganta puede causar presión en el nervio óptico, es importante asegurarse de que cualquier infección en esa zona se trate lo más rápido posible para evitar la diseminación a otras partes del cuerpo.
Si ya le han diagnosticado glaucoma, mantenga su plan de tratamiento según lo recetado por su médico. Y asegúrese de seguir estos pasos:
Si tiene programado un procedimiento dental que requiere sedación, asegúrese de informar a su dentista que tiene glaucoma. Debe evitar los sedantes que contienen ingredientes que puedan aumentar la presión sobre el nervio óptico. Informe a su dentista sobre cualquier medicamento que esté tomando antes de programar cualquier tratamiento dental.
Última actualización: 4 de enero de 2022
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