¿Sabía que si tiene problemas en otras partes de su cuerpo, estos pueden tener consecuencias en sus dientes y encías? Desde diabetes hasta úlceras, estas enfermedades pueden desgastar los dientes, causar mal aliento e incluso ennegrecer su lengua.
Su dentista puede ser el primero en notar la enfermedad por reflujo gastroesofágico, comúnmente conocida como reflujo ácido. Si sufre de esta enfermedad, normalmente un vistazo a su boca puede revelar desgaste en los dientes posteriores, que es consecuencia del proceso de disolución del esmalte a causa del fuerte ácido estomacal.
Si experimenta episodios de reflujo durante el día, puede proteger sus dientes enjuagándose bien con agua para reducir el ácido en su boca. Pero asegúrese de no cepillarse los dientes de inmediato: las cerdas pueden dañar el esmalte que se ablanda con la exposición al ácido. Para prevenir el reflujo nocturno, asegúrese de no comer dos o tres horas antes de ir a acostarse y evite disparadores como el alcohol, la cafeína y bebidas y comidas ácidas.
Las úlceras, que se manifiestan como dolores en el recubrimiento del estómago o del intestino delgado, suelen ser el resultado de la bacteria Helicobacter pylori que puede debilitar el recubrimiento que protege al estómago. Aunque las úlceras en sí no dañan su salud bucal, el medicamento que se utiliza para combatirlas puede ennegrecer su lengua. Este puede ser un efecto secundario sorprendente, pero no se preocupe, debería desaparecer una vez que haya terminado con el tratamiento.
Si siente que tiene aliento a pescado, consulte a su médico. El aliento que huele a pescado o a amoníaco puede ser un signo de enfermedad renal, una enfermedad grave que, si no se trata, puede ser fatal. Como sus riñones pierden la capacidad de filtrar los desechos y toxinas de la sangre, su aliento tomará el olor de su orina.
Esta enfermedad inflamatoria generalizada no solo afecta su azúcar en sangre. Las personas con diabetes son más propensas a padecer la enfermedad de las encías, caries e incluso la pérdida de dientes. Si se le ha diagnosticado, asegúrese de informárselo a su dentista y tenga mucha precaución cuando se cepille los dientes y use el hilo dental.
Si se encuentra entre la cuarta parte de los estadounidenses que padecen esta enfermedad peligrosa, es posible que tenga agrandamiento gingival. Los medicamentos que se usan para tratar la hipertensión, a veces, pueden causar hinchazón de las encías y hacer que comiencen a crecer sobre sus dientes. Asegúrese de consultar a su dentista y a su médico de inmediato si cree que está experimentando este efecto secundario.
Última actualización: 11 de febrero de 2022
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